*Nota publicada en la revista Inconsciente Colectivo N° 14 (Abril 2014)
“La economía moderna es dirigida. O la dirige el Estado o la dirigen
los poderes económicos. Estamos en un mundo económicamente organizado por medidas
políticas, y el que no organiza su economía políticamente es una víctima.”, la
cita de la autoría del pensador nacional Arturo Jauretche bien podría ser un
extracto discursivo del líder bolivariano Hugo Chávez refiriéndose a la concepción político
económica que impulsó en sus 4 períodos presidenciales y nos orienta en cuáles
fueron los pilares de este “Socialismo del Siglo XXI”.
“La economía del país caribeño
estuvo atravesada por la imposición de una “economía de mercado”:
privatizaciones, desempleo, desigualdad y profundas “relaciones carnales” con
el imperio del norte.”
En los últimos 14 años la República Bolivariana de Venezuela ha vivido
profundos cambios políticos, sociales y económicos. Una política orientada a la redistribución de la principal fuente de
ingresos a través de su principal producto exportable, el petróleo, y la
reinversión de las divisas obtenidas en programas sociales que van desde la
educación, la vivienda, el trabajo, la alimentación, hasta el desarrollo
tecnológico e industrial de un país que hasta hace 15 años atrás era
considerado uno de los más desiguales de la región.
La recuperación de la soberanía de su producción petrolera (la
nacionalizada PDVSA) significó el primer gran paso hacia la inversión social
con capitales que en el pasado eran fugados hacia el exterior. El crecimiento
económico se mostró sostenido y en alza desde la asunción de Chávez en 1999.
Durante estos 14 años los indicadores de la economía venezolana han mostrado un
crecimiento del PBI (Producto Bruto Interno) de U$S 97 millones en 1999, a casi
U$S 400 millones en 2011. La pobreza se redujo de un 21% en 1998 a un 7% en
2012. Lo mismo sucede con el desempleo que hoy registra uno de los niveles más
bajos de la última década (6,4%).
“Si bien los indicadores
internacionales muestran a Venezuela como la cuarta economía más grande de
América Latina, los medios de comunicación internacionales no dejan de mostrar
a las políticas bolivarianas como “cortoplacistas” y a su economía “al borde
del abismo” constante.”
Para comprender la magnitud de los cambios experimentados en Venezuela
es necesario algo más que la fría estadística. Hace falta remontarse a períodos
anteriores a las presidencias de Chávez y ver cómo su país fue durante años
sólo una parte más del “patio trasero” de los Estados Unidos. Como un triste
reflejo de nuestra propia historia como Nación, la economía del país caribeño
estuvo atravesada por la imposición de una “economía de mercado”:
privatizaciones, desempleo, desigualdad y profundas “relaciones carnales” con
el imperio del norte.
En la actualidad la deuda pública venezolana representa sólo un 13% de
su PBI y se han cancelado en su totalidad los compromisos con el Banco Mundial
(BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), lo cual (bien lo sabemos en
Argentina) le da al Estado Nacional
mayor poder de decisión en las políticas económicas que desee implementar.
Al margen de estos datos, quizás el principal logro económico de Hugo
Chávez al frente de su Patria no pueda ser medido en términos porcentuales.
Aquí debemos destacar la decisión de volver a plantear a la economía como parte
de una mirada política, es decir una economía política al servicio de un
proyecto de Nación y ya no como en algún momento nos quisieron hacer creer que
sólo se reducía a la tecnocrática sabiduría que ostentaban los gurúes
económicos formados en universidades extrajeras, como la de Chicago.
Chávez lidió durante sus años al frente de la presidencia con
constantes ataques e intentos de desestabilización económica. Sus
transformaciones no fueron bien recibidas por una elite local que veía cómo su
poder político se diluía en las decisiones populares que encabezaba la
revolución bolivariana. Hoy la actualidad vuelve a mostrar que las batallas se
siguen librando en materia económica, si bien los indicadores internacionales
muestran a Venezuela como la cuarta economía más grande de América Latina, los
medios de comunicación internacionales no dejan de mostrar a las políticas bolivarianas
como “cortoplacistas” y a su economía “al borde del abismo” constante. A pesar
de todos estos “pronósticos”, Venezuela se ha integrado como miembro pleno del
Mercosur.
La economía al servicio del pueblo y de cara a sus necesidades. Con sus
avances y sus luchas cotidianas. Como la historia nos enseña a cada día. Sea
Argentina o Venezuela. Sean las palabras de Chávez o Jauretche.